Lo ideal sería
iniciar una serie de estudios piloto para encontrar, no
la utilidad sino la sensibilidad y la especificidad
de la misma. Se podría comenzar utilizando muestras de
los pacientes hospitalizados y correlacionando estos
resultados con los resultados de sus exámenes de esputo.
A la vez que sería importante utilizar un número
aceptable de controles entre los que podrían estar
personal de salud en contacto con pacientes tuberculosos.
Una vez obtenidos datos aceptables y luego de haber
optimado el procedimiento se podría empezar a
utilizarlo como alternativa diagnóstica. La mejor prevención de la tuberculosis continua siendo la detección y curación de los pacientes infectados. Los objetivos de la OMS para el control global de la tuberculosis son la curación del 85 % de los casos nuevos y la detección de al menos 70 % de los casos existentes. La aplicación de modernas técnicas de biología molecular serían muy importantes en la consecución de dichos objetivos.
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